El Duelo es un territorio oscuro, misterioso, casi inaccesible. Una conmoción que nos sorprende, nos toma desprevenidos y cambia nuestro entorno en un instante. No importa lo preparados que creamos estar para enfrentar una pérdida, esa preparación jamás será suficiente. Cuando ocurre, todo se desmorona y por un tiempo nada tiene sentido. Algo se quiebra en nosotros, el mundo se derrumba y nos muestra su aspecto más cruel. Con estas palabras describe Gabriel Rolón cuál será el camino a transitar en su nuevo ensayo:la pérdida. Sí, la muerte, sin rodeos (la propia, y la de los que amamos), pero también la falta imprevista (o no tanto) de todo aquello que nos sostiene anclados a la vida. La pérdida de un trabajo, una pareja, un hogar, el reconocimiento de un otro y hasta la juventud nos empujan al duelo. Y es ahí, en ese soplo en el que el dolor se hace carne y la pena se devora las palabras, que Gabriel Rolón comparte su reflexión aguda, certera, siempre lúcida. Por eso, su nuevo libro se nutre de mitología y de música, de cine y literatura, de casos clínicos y teoría analítica. Porque es una mirada que indaga en el padecimiento y a la vez en los mecanismos que el Psicoanálisis como disciplina, y que el arte como forma de entender el mundo, nos tienden a modo de puentes para superar lo ausente. Y es que el Duelo ‘y en esto Rolón es tan claro como firme’ es una ‘guerra’ íntima. Una prueba, tal vez la más dura, que nos pone cara a cara con lo que perdimos y con lo que podemos crear a partir de lo perdido. Una batalla salvaje que nos transforma de una vez y para siempre. Y que en su impiadosa deriva nos lleva hacia un renacer que nos hace más humanos.
El Duelo es un territorio oscuro, misterioso, casi inaccesible. Una conmoción que nos sorprende, nos toma desprevenidos y cambia nuestro entorno en un instante. No importa lo preparados que creamos estar para enfrentar una pérdida, esa preparación jamás será suficiente. Cuando ocurre, todo se desmorona y por un tiempo nada tiene sentido. Algo se quiebra en nosotros, el mundo se derrumba y nos muestra su aspecto más cruel. Con estas palabras describe Gabriel Rolón cuál será el camino a transitar en su nuevo ensayo:la pérdida. Sí, la muerte, sin rodeos (la propia, y la de los que amamos), pero también la falta imprevista (o no tanto) de todo aquello que nos sostiene anclados a la vida. La pérdida de un trabajo, una pareja, un hogar, el reconocimiento de un otro y hasta la juventud nos empujan al duelo. Y es ahí, en ese soplo en el que el dolor se hace carne y la pena se devora las palabras, que Gabriel Rolón comparte su reflexión aguda, certera, siempre lúcida. Por eso, su nuevo libro se nutre de mitología y de música, de cine y literatura, de casos clínicos y teoría analítica. Porque es una mirada que indaga en el padecimiento y a la vez en los mecanismos que el Psicoanálisis como disciplina, y que el arte como forma de entender el mundo, nos tienden a modo de puentes para superar lo ausente. Y es que el Duelo ‘y en esto Rolón es tan claro como firme’ es una ‘guerra’ íntima. Una prueba, tal vez la más dura, que nos pone cara a cara con lo que perdimos y con lo que podemos crear a partir de lo perdido. Una batalla salvaje que nos transforma de una vez y para siempre. Y que en su impiadosa deriva nos lleva hacia un renacer que nos hace más humanos.