José Alberto Iglesias, también conocido como Tanguito, Tango, Ramsés VII, Donovan El Protestón o Susano Valdez, murió una madrugada de 1972, antes de cumplir los veintisiete años, aplastado por las ruedas de un tren, a unas cuadras de la estación Pacífico. No tuvo dinero ni popularidad durante su corta vida. Escribió un puñado de canciones, de las cuales sólo una llegó a ser realmente famosa: “La balsa”, compuesta a medias con Litto Nebbia en el bar La Perla de Once. De las otras, sólo queda una precaria grabación aparecida después de su muerte, realizada cuando ya estaba semidestruido por las drogas y los electroshocks que le daban en el Borda, cuando ya había perdido gran parte de la magia que lo hizo legendario entre los primeros hippies y músicos de rock argentinos, y demasiado provocativo para la policía que lo persiguió implacablemente hasta encerrarlo en un manicomio.
Algunos aseguran que era un ser fuera de la común; otros dicen que el mito supera largamente el moderado talento que tenía como músico. Todas las personas que lo conocieron bien aparecen en las páginas de este libro, cuya investigación demandó casi siete años de trabajo a Víctor Pintos. Hoy, cuando Tango se ha convertido en un fenómeno de masas, este libro se vuelve imprescindible para conocer la verdadera historia de Tanguito, su lirismo y su locura y su autodestrucción, y cómo fueron en Buenos Aires aquellos años dorados e ingenuos del amor y la paz, de la revolución del sexo y el rock en una sociedad hipócrita y temerosa de los cambios que iban a ocurrir inevitablemente.
José Alberto Iglesias, también conocido como Tanguito, Tango, Ramsés VII, Donovan El Protestón o Susano Valdez, murió una madrugada de 1972, antes de cumplir los veintisiete años, aplastado por las ruedas de un tren, a unas cuadras de la estación Pacífico. No tuvo dinero ni popularidad durante su corta vida. Escribió un puñado de canciones, de las cuales sólo una llegó a ser realmente famosa: “La balsa”, compuesta a medias con Litto Nebbia en el bar La Perla de Once. De las otras, sólo queda una precaria grabación aparecida después de su muerte, realizada cuando ya estaba semidestruido por las drogas y los electroshocks que le daban en el Borda, cuando ya había perdido gran parte de la magia que lo hizo legendario entre los primeros hippies y músicos de rock argentinos, y demasiado provocativo para la policía que lo persiguió implacablemente hasta encerrarlo en un manicomio.
Algunos aseguran que era un ser fuera de la común; otros dicen que el mito supera largamente el moderado talento que tenía como músico. Todas las personas que lo conocieron bien aparecen en las páginas de este libro, cuya investigación demandó casi siete años de trabajo a Víctor Pintos. Hoy, cuando Tango se ha convertido en un fenómeno de masas, este libro se vuelve imprescindible para conocer la verdadera historia de Tanguito, su lirismo y su locura y su autodestrucción, y cómo fueron en Buenos Aires aquellos años dorados e ingenuos del amor y la paz, de la revolución del sexo y el rock en una sociedad hipócrita y temerosa de los cambios que iban a ocurrir inevitablemente.